LA HABANA, Cuba. – Elvis Presley cantaba como Dios y tenía un carisma muy especial. Por eso es El Rey. Pero el rock and roll pudo haber tenido otro monarca: Little Richard, quien murió, este 9 de mayo, a los 88 años.
Elvis era blanco y apuesto, como el galán de cine en que enseguida lo convirtieron. Así y todo, el modo en que meneaba su cuerpo y especialmente la cintura, cuando cantaba, con aquella voz que era un torrente de sensualidad, escandalizó a la muy puritana sociedad norteamericana de los años 50. Calcule usted cómo hubiese sido con los gritos guturales, los movimientos frenéticos y el peinado Pompadour —el más alto de todos los Pompadoures— de Little Richard, que además de ser negro, no disimulaba que era homosexual.
No obstante, Little Richard fue tremendamente popular, casi tanto como Elvis, a finales de los años 50, gracias a canciones como Lucille, Good golly miss Molly, Long tall Sally y sobre todo, Tutti Frutti, que hoy son clásicos del rock and roll.
El éxito tremendo que alcanzó con Tutti Frutti, fue una verdadera proeza para su época. La canción fue considerada obscena y llena de explícita lascivia, a pesar de los cambios en la letra impuestos por el productor Robert Bumps Blackwell y que fueron sustituidos por la famosa onomatopeya “a-wop-bop-a-loon-bop-a boom…”
¿Se imaginan como caería en una canción de 1955 el verso: “Tutti Frutti, good booty / If it don’t fit, don’t force it / You can grease it, make it easy” (mariconcito, buen culito/ si no entra, no lo fuerces/, puedes engrasarlo para que sea más fácil)?
Little Richard modificaría posteriormente tanta crudeza en sus sucesivas idas y venidas del rock and roll, en dependencia de sus accesos de religiosidad. En 1957, durante una gira por Australia, se sintió tocado por el Espíritu Santo, luego que casi muere al incendiarse uno de los motores del avión en que viajaba. Después del aterrizaje forzoso, se quitó los cuatro anillos de diamantes que usaba y dijo que renunciaba al rock and roll.
Cuando volvió a los Estados Unidos, ingresó en una universidad cristiana en Alabama, estudió Teología y se hizo ministro pentecostal. En 1962 regresó a la música. Fue expulsado de su iglesia en los años 70 por su adicción a las drogas. Unos años después, cuando dejó las drogas, fue readmitido en la iglesia. Antes había declarado que el rock and roll era malo porque inducía a las drogas y a la homosexualidad.
Finalmente, la América conservadora, cristiana y homofóbica, le ganó a Little Richard una larga batalla que se había iniciado en Macon, Georgia, en los años 40, cuando era un adolescente llamado Richard Wayne Peniman que estudiaba piano y cantaba en el coro de una iglesia de los Adventistas del Séptimo Día, antes de que su progenitor lo echara de la casa al descubrir que era homosexual. A finales de los años 80, cuando se sintió de nuevo tocado por el Espíritu Santo, el ex cantante predicador regresó al rock and roll. Explicó que venía “para realizar lo que Dios le tenía destinado ser: Little Richard”. Lo siguió siendo hasta el fin. Ya octogenario, pero en bastante buena forma, cantaba y tocaba el piano como solo él sabía hacerlo.
Little Richard es considerado el arquitecto del rock and roll. Fue de las principales influencias que recibieron Los Beatles en sus inicios. Paul McCartney declaró en 1982: “La primera canción que canté en público fue Long tall Sally, de Little Richard. Cuando los Beatles comenzaban, actuamos con él en Liverpool y Hamburgo. Para mí, es uno de los reyes del rock and roll. Además es un gran tipo, al que considero mi amigo”. También los Rolling Stones, Bob Dylan, John Fogerty, Ian Gillan, Jerry Lee Lewis y Eric Burdon, entre otros muchos, han reconocido la decisiva influencia que ejerció Little Richard en su música.
Fue tremendamente popular, casi tanto como Elvis, gracias a canciones como Lucille, Good golly miss Molly, Long tall Sally y sobre todo, Tutti Frutti.
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