El hombre que muchos consideran el pelotero más extraordinario de la historia de las Series Nacionales, Luis Giraldo Casanova, dice que él nunca habría sido feliz con una camiseta que no fuera la de su Pinar del Río natal.
Sin embargo, aclara que no está en contra del sistema de refuerzos en vigor, “porque a fin de cuentas les da chances a muchos jugadores de calidad para continuar en competencia. Eso sí, solo me gusta la primera vez que se hace, cuando termina la etapa inicial del calendario. La segunda petición, que se hace a las puertas de los play off semifinales, me parece un disparate”.
El mítico número ‘14’ de los verdes sostiene además que “el reordenamiento de la tabla de posiciones fue sumamente injusto y ahí está el caso de Holguín, que terminó empatado en primer lugar y de pronto lo pusieron en el último. Y otra cosa con la que tampoco estoy de acuerdo es con que los hombres que estaban contratados en Japón deban seguir jugando pelota, en lugar de poder disfrutar con su familia”.
Interrogado sobre los motivos de la pobre faena de Pinar en este campeonato, Casanova es categórico. “Calidad hay. Yo pienso que el problema principal podría estar en una sobrecarga física que atenta contra el rendimiento de los muchachos. Se mantienen con un entrenamiento intensivo hasta el comienzo mismo del evento y me parece que esa es la razón de que Pinar perdiera casi todas sus primeras subseries, la mayoría contra equipos de los de menos nivel en el torneo. Y por otra parte, hay que personalizar las cargas. Cada atleta no puede llevar el mismo ritmo, no es lo mismo un novato que un veterano de muchas Series Nacionales”.
Acerca del relevo generacional en el béisbol pinareño, el otrora excepcional outfielder advierte que “en el pitcheo veo a varios talentos que pueden garantizar el relevo de los establecidos, pero en las posiciones al campo, sobre todo en el infield, no se ven muchas posibilidades inmediatas”. Al final de la breve charla, Casanova se refiere a la escasez de sluggers que ha vivido el territorio en los últimos tiempos.
“Los bateadores de calibre podrían demorar en salir, atendiendo a la manera en que se organiza acá la pelota. Antes se iba a buscar a los muchachos a los municipios, pero eso dejó de ser así. Encima, la EIDE no tiene capacidad suficiente y por ese camino hay talentos del interior de la provincia que no tienen manera de quedarse en la ciudad y desarrollarse. Y normalmente esos muchachos del campo son los más grandes y fuertes... Por eso tú vas al estadio y te asombras de ver a tanto pelotero chiquitico y flaco”.
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